Carta a sí mismo

Santiago del Bux, 15 de septiembre de 2021

 

"Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temblor de haber sido y un futuro terror.."
Rubén Darío

 

La verdad es que poco tiempo le queda para escribir; pocos son los momentos en los que puede darse el lujo de sentarse a tomar un café y repensar esas imágenes en cola de las que tal vez pueda rescatarse alguna línea. Poco tiempo le queda incluso para conversar. Hacía mucho que no conversábamos, pero casi lo entiendo: no es fácil luchar contra el cansancio.  "O que há em mim é sobretudo cansaço", dirigía Leao recordando a Álvaro de Campos.

Creería que el poema La palabra fue escrito en junio de 2017, en tiempos de la segunda reconstrucción de la ermita de Santiago del Bux, vuelta escombros con los temblores de mayo. Puede decirse que fue la última época fértil... se escribieron varios poemas e incluso algunos cuentos, mucho todavía inéditos y en remojo.

La eterna obsesión por el tiempo y la palabra intentaron quedar consignadas en esas doce líneas que no terminaron de corregirse hasta horas antes de enviarlo al I Concurso de cuento corto y poesía “La ilusión de las palabras”, convocado por la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña en junio de 2020. El seudónimo elegido para firmar la participación en la categoría de Poesía fue el del ilustre ciudadano santiagueño Anilipo Tierradentro del Valle del Bux, con el que nuestro maestro Abel Manzur tuvo una amistad notable y de la que se recuerda el primer intento de la gaceta literaria Rizomas.




La premiación del Concurso se desarrolló por un live en Facebook el día 15 de septiembre de 2020, tiempos de mayor zozobra colectiva por el alto número de contagios diarios de covid-19 y por tanto de un estricto confinamiento y distanciamiento social. Del fallo del concurso nos enteramos casi dos días después tras volver de una visita de campo en zona rural. El jurado y el encargado de leer el veredicto fue el poeta bogotano Federico Díaz-Granados, el cual describió la composición como un “texto [que] muestra a través de la sencillez del lenguaje una voz personal que reflexiona sobre la palabra y su papel en nuestra memoria. Es un poema bien escrito, huye del lugar común y que logra mantener un ritmo y el misterio poético. El autor demuestra el buen uso de las imágenes poéticas y permite que el lector se []* desde la emoción sobre su mirada del tema y su forma de abordarlo”:


La palabra

 

Cada gesto

una palabra amorfa,

un lenguaje breve.

La piel gesticula libre,

imagen viva

del latir.

El pensamiento

gira en perfectas espirales

de tiempo.

La palabra

no está callada

ante el ruido del mundo.

 

Esta carta la escribo para recordar porque ni nosotros mismo recordábamos que esto sucedió. En septiembre de 2020 la ermita de Santiago quedó partida a la mitad por otro fuerte temblor que sacudió los cimientos de todo el territorio. La abuela ya no nos acompañaba y la distancia se acentuaba en las patas de la silla del poder de José Vicente Ghazal, viejito querido de altísima ranciedad y necedad. Un año después, todavía en distanciamiento social y con la amenaza latente de la pandemia, la lluvia es escasa en esta otra Santiago donde un sol cargado de brisa permite que las nuevas obras de reconstrucción de la ermita se ejecuten sin muchos contratiempos, ya no en la montaña si en el valle cerca de un gran río. Un año después apenas asumimos ese triunfo de la palabra, que no es más que un incentivo más para seguir en el ejercicio creativo que a veces se suspende irresponsablemente sin que ninguno de nosotros tome cartas en el asusto. Esperamos que la palabra tenga otra vez su espacio, y que Ghazal en el fondo tenga razón.


Saludos,

José Facundo Quiroga


[*] No se alcanzó a entender por problemas en la conductividad del live.

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