Me siento joven
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| El Abuelo Grande, siempre mantuvo su espíritu creador |
Muchos dicen que
aprovechemos al máximo la juventud, ya que es fugaz y trascurre en un abrir y
cerrar de ojos. Esta sentencia hace ver a la juventud desde el punto de vista
de la edad, pero no siempre puede ser vista como una etapa de la
vida, sino también como un estado mental.
No definir la juventud en función de la edad, significa interpretar la parte psicológica de la persona y su forma de concebir la vida. Una persona es joven cuando posee un espíritu vital, emprendedor, innovador y con deseos de continuar viviendo. Los años pueden pasar y hacerse notar en lo físico, pero si esa actitud para afrontar la vida está presente, podemos sin lugar a dudas creer que esa persona es joven todavía.
Hay casos particulares y paradójicos. En la sociedad actual existen muchos que pese a tener corta edad tienen el espíritu y expectativa de vida de una persona adulta; y por el contrario hay quiénes con avanzada edad tienen espíritus juveniles. Estos ejemplos nos muestran que la edad no tiene nada que ver en el desarrollo de la juventud, y perdurará si es posible hasta la muerte, siempre y cuando se mantenga esa mentalidad.
Es cierto que llegará un momento en que por más que se quiera ser joven, el cuerpo no responderá a las actividades que la mente pretende que realicemos. Pero ¿por qué vivir como «viejos» cuando gozamos de la plena salud? ¿Por qué envejecer antes de tiempo? Y en este punto el escritor búlgaro Elías Canetti nos dice: «se muere con excesiva facilidad. Habría que morir de un modo mucho más difícil».
Entonces, cuando una persona pierde ese espíritu vital ante el devenir de los días, cuando pierde el sentido de admiración, de creatividad, de humor y la búsqueda de imaginarios, se puede afirmar que la persona está envejeciendo, así sea un niño de nueve años, un adolescente de veinte o un anciano de noventa y tantos años.
Sería muy interesante en este momento hacer una reflexión acerca de cómo estamos viviendo la vida, y evaluar cómo vamos en ese largo y complejo camino hacia la plenitud –no siempre exento de dolor–, que se encuentra tan cerca, pero a la vez tan lejos.
No definir la juventud en función de la edad, significa interpretar la parte psicológica de la persona y su forma de concebir la vida. Una persona es joven cuando posee un espíritu vital, emprendedor, innovador y con deseos de continuar viviendo. Los años pueden pasar y hacerse notar en lo físico, pero si esa actitud para afrontar la vida está presente, podemos sin lugar a dudas creer que esa persona es joven todavía.
Hay casos particulares y paradójicos. En la sociedad actual existen muchos que pese a tener corta edad tienen el espíritu y expectativa de vida de una persona adulta; y por el contrario hay quiénes con avanzada edad tienen espíritus juveniles. Estos ejemplos nos muestran que la edad no tiene nada que ver en el desarrollo de la juventud, y perdurará si es posible hasta la muerte, siempre y cuando se mantenga esa mentalidad.
Es cierto que llegará un momento en que por más que se quiera ser joven, el cuerpo no responderá a las actividades que la mente pretende que realicemos. Pero ¿por qué vivir como «viejos» cuando gozamos de la plena salud? ¿Por qué envejecer antes de tiempo? Y en este punto el escritor búlgaro Elías Canetti nos dice: «se muere con excesiva facilidad. Habría que morir de un modo mucho más difícil».
Entonces, cuando una persona pierde ese espíritu vital ante el devenir de los días, cuando pierde el sentido de admiración, de creatividad, de humor y la búsqueda de imaginarios, se puede afirmar que la persona está envejeciendo, así sea un niño de nueve años, un adolescente de veinte o un anciano de noventa y tantos años.
Sería muy interesante en este momento hacer una reflexión acerca de cómo estamos viviendo la vida, y evaluar cómo vamos en ese largo y complejo camino hacia la plenitud –no siempre exento de dolor–, que se encuentra tan cerca, pero a la vez tan lejos.


Contarles que un día creció el río y mi hermana y yo no pudimos asistir a la escuela, él nos dice no se preocupen que esto no volverá a suceder,esperamos que bajara el río,bajar es decrecer y abuelo grande junto con un medio hermano instalaron un riel de orilla a orilla y nos explicó la forma de atravesar el río sin correr ningún peligro. Junto a él manteníamos activada la capacidad creadora.
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